Entrevista Pamela Cornejo Cabrera, funcionaria UTEM ganadora del Concurso “Biodiversidad en Palabras: Concurso para nombrar Áreas Verdes en la UTEM”
Autor: Cristian Faure|

En el marco de las acciones que promueven la sustentabilidad en la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social (FHTCS), surgió la iniciativa de nombrar uno de sus espacios más emblemáticos: el patio-jardín de la sede. Esto se efectuó a través de votación popular en que toda la comunidad UTEM pudo participar, resultando ganador el nombre “Jardín Raíces Vivas”, con el 37,7% de los votos.
Conversamos con Pamela Cornejo Cabrera, funcionaria de la Facultad, y creadora del nombre, para conocer el sentido detrás de esta elección, su mirada sobre la sustentabilidad y la importancia de contar con espacios que fortalezcan la conciencia ambiental en la comunidad universitaria.
¿Qué te inspiró a proponer el nombre “Jardín Raíces Vivas” para el patio de la Facultad?
El nombre “Raíces Vivas” representa la conexión con la tierra y con raíces que perduran en el tiempo. Mi vínculo con esta Facultad comenzó desde sus orígenes, cuando se creó la Facultad y tuvo su primera sede en Dieciocho 414. Allí trabajé durante cuatro años, en un espacio donde el jardín ya guardaba historias. Más tarde, me trasladé a Pedagogía Básica y en 2015 volví a esta sede, ahora la FHTCS, y lo primero que hice fue visitar nuevamente el jardín, que hacía mucho tiempo no veía. Este nombre evoca un espacio donde el pasado y el presente se encuentran. Es un lugar que invita a nutrirse, crecer y florecer tanto en lo laboral como en lo personal. “Raíces Vivas” simboliza el crecimiento y la conexión entre generaciones de estudiantes, docentes y profesionales que han pasado por esta Facultad y aquellos que vendrán.
¿Qué significado tiene para ti la sustentabilidad y cómo lo reflejaste en tu propuesta?
Para mí, la sustentabilidad es lograr un equilibrio entre el desarrollo humano y el cuidado del planeta, asegurando que las generaciones futuras también puedan disfrutar de los recursos y de un entorno saludable. La propuesta del “Jardín Raíces Vivas” refleja esta visión a través de la incorporación de plantas nativas, como las suculentas, que se adaptan al clima local y reducen el consumo de agua y mantenimiento. También consideramos el uso de materiales reciclados o reutilizados, por ejemplo, en la elaboración de macetas, lo que promueve la economía circular. Además, el jardín incorpora una zona de convivencia que fomenta el cuidado y respeto del espacio, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la responsabilidad ambiental en la comunidad.

¿Cómo crees que este nuevo nombre puede influir en la comunidad universitaria de la FHTCS?
Creo que el nombre “Jardín Raíces Vivas” puede ser muy bien recibido por la comunidad, porque genera una fuerte conexión con la identidad de la Facultad. La palabra “raíces” evoca historia, cultura y origen, recordando a quienes han formado parte de esta institución. Además, hablar de “raíces vivas” motiva a la comunidad a sentirse parte activa y responsable del espacio, promoviendo un sentido de pertenencia. También facilita la generación de actividades en torno al jardín, convirtiéndolo en un punto de encuentro y aprendizaje dentro de la Facultad.
¿Participas habitualmente en iniciativas relacionadas con la sustentabilidad dentro o fuera de la UTEM?
Sí, participo activamente tanto dentro como fuera de la UTEM. Por ejemplo, junto a mis compañeras Julia Cerda, Pilar Correa, Natalia Santana, Irene Ruiz y yo, participamos en el concurso navideño de creación de árboles navideños sustentables y obtuvimos el tercer lugar.
¿Qué importancia crees que tiene contar con espacios en la UTEM que promuevan la conciencia ambiental?
Creo que es fundamental contar con más espacios en la UTEM que fomenten la conciencia ambiental. Estos lugares no solo embellecen y mejoran la calidad de vida en el entorno universitario para estudiantes, docentes y funcionarios, sino que también promueven el respeto por la naturaleza y refuerzan el compromiso con la sustentabilidad. Además, estimulan prácticas responsables y fortalecen el rol de la universidad como un agente de cambio social y ambiental