El proyecto liderado por la Carrera de Ingeniería en Administración Agroindustrial de la UTEM en conjunto trabajó con la Corporación Talleres Industrias Nacionales Pedro Aguirre Cerda (TINPAC), destacó a Víctor Jelves como asesor y ex alumno de nuestra Universidad, quien trabajó en colaboración con José Luis Salgado, líder de la Junta de vecinos el Convento, y Claudia Gálvez y José Gutiérrez de TINPAC, entre otros.

José Luis Salgado, presidente de la junta de vecinos de la localidad rural del Convento de la comuna de Santo Domingo, mencionó que “el proyecto les permitió desarrollar un gran huerto comunitario y entender los conceptos de la soberanía alimentaria. Estamos contentos con la Universidad por las capacitaciones y clases, y de continuar con la gente de la comunidad”.

Según el Ingeniero en Administración Agroindustrial de la UTEM, Víctor Jelves, “las familias se reunieron a hacer un huerto comunal y en el cual trabajan con lechugas, tomates y otros tipos de hortalizas, manejan malezas y compostaje. Gracias al proyecto de retroalimentación que hay en la carrera, se pueden hacer este tipo de proyectos y ojalá sigan por este camino”.

Algunos vecinos comentaron que “nos parece fantástico el proyecto, porque nos ayudó a conocer el tema agrícola, el proyecto nos ha llevado a la tierra, ya que no tenemos la cultura agrícola ni campesina, por eso la importancia del proyecto que favorece a todos, ya que se genera una buena amistad y camaradería para tener una producción de vegetales”.

Además, los vecinos y vecinas aprendieron en terreno cómo se produce todo, aplicándolo posteriormente en sus casas para ser más sustentables. “Desde las primeras clases hasta el fin del proyecto fue una experiencia tremenda haber realizado el proyecto, ya que se conocen personas de la comunidad y es algo que se rescata”, agregaron.

Para replicar este proyecto en la ciudad y la zonas urbanas, las vecinas y vecinos señalan que “se necesita paciencia y entender que las personas, al igual que la tierra, están dañadas y se requiere tiempo para poder entenderse. Ojalá las diferencias no separen, sino que encuentren el vínculo que los une y eso potenciarlo”. “El cuidado a la tierra tiene un lenguaje bien simple, que va muy acorde con las estaciones del año y esas necesidades no son caprichos humanos, sino que tienen que ver con la tierra y con sus ciclos y los procesos, que necesitan abonar, regar y no tiene que ver con cosas que nosotros digamos, sino que hay que hacerlas. No es como que cada uno se le ocurra algo hacer algo diferente, sino que son cosas bien simples, más que el diseño que podamos hacer nosotros, es como disponer las cosas y lo demás es solo entregarse en comunidad y con paciencia trabajar.”

En la comunidad hay personas mayores y jóvenes, pero todos tienen un interés común que es aportar al desarrollo del proyecto de soberanía alimentaria. Un proyecto diverso e independiente de la transversalidad que puede haber en sus participantes, la unión es la motivación principal. Hay voluntad, y cada uno de acuerdo con lo que sabe, aporta según sus capacidades.